martes, 28 de septiembre de 2010

2010, el primer país de América Latina termina con sus campamentos

Queremos convocar a todos los jóvenes chilenos y dirigentes de campamentos que han trabajado y que siguen trabajando por terminar con los campamentos en nuestro país. Todos aquellos que alguna vez construyeron una mediagua. Todos aquellos indignados con una realidad que debe terminar. Todos aquellos que apoyan la causa que ha movilizado desde hace más de una década a toda una generación. Somos muchos, tenemos que hacernos sentir.

La meta “2010 sin asentamientos” ya la querría cualquier país de nuestro continente. Y más allá del día exacto en que se cumpla o de si queda o no un margen estructural imposible de superar, el solo hecho de poder dimensionar el número de familias que queda viviendo en campamentos y contar con los recursos y la institucionalidad para definir una solución, pone a Chile en una posición única y privilegiada frente al resto de la región.

Esa condición aventajada hace que el fin de los campamentos en Chile se convierta en un objetivo latinoamericano: es un hito simbólico que revitaliza el trabajo por superar la pobreza y la exclusión, y que al mismo tiempo esperanza los esfuerzos de miles de actores que día a día trabajan con ese mismo fin. Ese es el espíritu que inspira el 5° Encuentro Latinoamericano de Un Techo para mi País, momento en que los equipos de los 19 países donde nuestra fundación tiene presencia vendrán a exigir con fuerza y decisión que Chile cumpla con su meta, convencidos de que en este país están todas las condiciones para lograrlo. No hacerlo implicaría un golpe enorme para un continente que en materia de pobreza y desigualdad no está acostumbrado a los éxitos.

El momento cúlmine será la gran Minga por el fin de los campamentos en Chile. Una marcha desde el Parque O´Higgins hasta la plaza Bulnes, frente a la Moneda, con más de 1.000 jóvenes extranjeros de todo el continente que vienen a exigir que Chile cumpla con su meta. ¡Los chilenos debemos ser muchísimos más!

Terminemos con la injusticia de los más pobres en Latinoamérica Chile sin campamentos ¡ya!

Nos reunimos el viernes a las 17:00 hrs. en la explanada del Parque O´Higgins, marchamos por Ejército y la Alameda hasta la plaza Bulnes cargando mediaguas, sedes de campamentos y viviendas definitivas, que quedarán instaladas frente a La Moneda. Que flameen las banderas chilenas y de todos los países de Latinoamérica. Cierran Los Jaivas, en vivo, exigiendo el fin de los campamentos en Chile. ¡Que todos se enteren!

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Bicentenario sin campamentos

El logro de una meta no es sólo cumplir con un objetivo, sino que dar cuenta de una gestión que no puede involucrar a un solo grupo de la sociedad. Soñar con un 2010 sin campamentos se traduce entonces en perseguir ese sueño y poner todo a disposición para lograrlo.

Siempre hemos dicho que es una meta a la que convocamos a toda la sociedad y que en algunos momentos del camino nos hemos sentido solos con los pobladores de campamentos, y que así no se puede. Y a lo largo del tiempo en que hemos luchado por esto no hemos callado, sino que más bien, hemos actuado y nos hemos permitido hacernos partícipes y autores de una sociedad más justa.

Faltan sólo días para celebrar el Bicentenario de nuestra patria. Y hoy más que nunca nos paramos frente a un dilema ético: asumimos que ya se logró suficiente, o arriesgando cierto fracaso, aprovechamos esta última instancia para decir lo que falta y no abandonar a los que quedan. La meta propuesta en gran parte se ha logrado, pero un excesivo exitismo o satisfacción no puede dejar a algunos abandonados.

Porque sentimos que no podemos celebrar como corresponde este Bicentenario, ésta no es la sociedad que queremos. Y por esto actuamos y no nos quedamos callados. Hoy hay muchas razones para exigirle a la sociedad que se involucre: y no es sólo exigir el fin de los campamentos, sino que es exigir condiciones de vida dignas o el respeto por la dignidad de las personas. Basta ver lo que ha pasado con los mineros atrapados o la situación de los mapuches. Vivimos en una sociedad que parece no comprender que todo esto es tarea de todos. No hemos parado a reflexionar, no hemos parado nuestras tareas cotidianas para empezar a actuar.

Y aquí está el dilema ético: exigir lo que estamos exigiendo no es un capricho de algunos, es haber conocido una realidad y tomar una opción. Denunciar es un dilema ético, y no nos quedaremos callados aún cuando algunos piensen que es sobreexposición. Seguiremos denunciando, junto a las familias más excluidas, que sí es posible un 2010 sin campamentos, pero sólo si se aúnan las distintas visiones políticas, económicas y sociales que gobiernan nuestra sociedad. Porque el bien común sólo lo alcanzaremos de esta manera, haciéndonos partícipes e involucrando a otros. Es fácil decir que soñamos con una sociedad más justa, pero es muy distinto tomar una opción real por hacerlo.

Frente a la celebración del Bicentenario tenemos dos opciones: o decidimos callar frente a las injusticias de nuestro país o decidimos actuar y transformar nuestra vida. La historia no es neutra, la sociedad la va forjando. Hoy nos paramos ante el desafío de cambiar nuestra historia, de nunca callar, de siempre denunciar y actuar por el bien común.

Javiera Pizarro G.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Propuesta de mejoramiento de la actual ficha de protección social (FPS)

El presente documento corresponde a una propuesta de mejoramiento de la Ficha de Protección Social. Ha sido elaborada en conjunto por el Centro de Investigación Social (CIS) y el Área Social de Proyectos de Vivienda de Un Techo para Chile (UTPCH).

De esta forma, como institución nos hacemos parte de este proceso participativo, interpretando y comunicando las principales inquietudes de las más de 28.000 familias que viven en los 533 campamentos de nuestro país, y de los voluntarios que con ellos trabajan en los planes de habilitación social y en los proyecto de vivienda. El objetivo de las siguientes indicaciones es contribuir a perfeccionar un instrumento clave en la gestión de las políticas públicas de nuestro país.


Un Techo para Chile

UTPCH se ha comprometido a trabajar con las familias de campamentos en la búsqueda de soluciones habitacionales dignas y de una mejor calidad de vida para todos ellos. La misión de la institución es contribuir a que los campamentos sean una realidad que pronto deje de existir, y para eso se requiere la voluntad de todo un país. En este proceso, las iniciativas tendientes a mejorar los sistemas de medición que finalmente funcionan como puerta de entrada al Sistema de Protección Social nacional, representan un foco de gran importancia en nuestro trabajo.

Como institución, sabemos certeramente que estamos llamados a ser actores relevantes en la formulación de mejores y más completas políticas públicas en nuestro país. Éstas han tenido en Chile notables avances en estos últimos años, sin embargo, por medio de nuestro trabajo en campamentos hemos coincidido con los pobladores que este avance es aún insuficiente. Queremos que cada chileno tenga motivos importantes para celebrar con alegría los 200 años de vida de nuestro país, y para eso, debemos potenciar el esfuerzo que estamos haciendo por la superación de la extrema pobreza y la exclusión.

En este contexto presentamos una propuesta de mejoramiento de la Ficha de Protección Social (FPS) que ha sido posible gracias a la experiencia acumulada en la institución acerca de las problemáticas que enfrentan las familias que habitan en campamentos, marcadas por la vulnerabilidad y la exclusión de bienes y servicios disponibles para el resto de la sociedad.

Por esto, nuestra propuesta de mejoramiento de la FPS tiene un importante valor agregado, ya que la presentamos con la experiencia del terreno y con la seguridad de que contribuirá a brindar soluciones y oportunidades para terminar definitivamente con los campamentos.

Las indicaciones que se presentan a continuación se desglosan en tres áreas de interés específicas, (1) aquellas relacionadas con la aplicación de la FPS, en particular con el rol del municipio y los encuestadores; (2) aquellas relacionadas con el instrumento de medición, en particular con los puntajes asociados al componente de Carencias Habitacionales y (3) aquellas relacionadas con la disponibilidad de la información levantada.


(1) Con respecto a la aplicación de la FPS.

El rol de los municipios como agentes directos en la gestión de políticas públicas, resulta clave para que el sistema produzca las condiciones de protección social esperadas, puesto que su operar está en estrecha relación con la población más vulnerable de nuestro país. Esta cercanía con los destinatarios de subsidios y programas sociales del sistema de protección social, otorga a su vez a los gobiernos locales un papel fundamental en el levantamiento de información acerca de este segmento.

Por lo anterior, consideramos fundamental que no sólo se reconozca el rol de los municipios en la aplicación de la nueva FPS, sino que además se les provea de las capacidades y atribuciones necesarias para cumplir con la cobertura requerida. Entendiendo que llegar a las familias más vulnerables es una tarea muchas veces difícil, creemos que deben destinarse mayores esfuerzos a asegurar canales de información expeditos entre el equipo de encuestadores y las familias de campamentos. En este contexto, hemos podido observar que:

1. Al estar asociada a beneficios, los encuestados tienen incentivos a mostrar una situación de mayor vulnerabilidad que la real, con el objeto de optar más fácilmente a determinados subsidios o programas sociales. Proponemos que la información entregada por las familias sea verificada en línea con organismos tales como el Servicio de Impuestos Internos, el Registro Civil u otros.
2. La norma de reencuestar únicamente luego de 6 meses podría impedir que una familia pueda postular a un proyecto de vivienda. Por otro lado, considerando que es muy poco probable que una familia solicite una encuesta si no la necesita, proponemos que sea posible reencuestar a las familias cada vez que lo soliciten al municipio previa explicación del motivo de la petición. Adicionalmente, proponemos instaurar un mecanismo que facilite la inclusión de nuevos familiares o integrantes del hogar en la FPS, sin necesidad de volver a encuestar.
3. En algunas comunas, la capacidad de encuestar de los municipios resulta insuficiente para hacer frente a la demanda de las familias. Adicionalmente, hemos visto que una vez solicitada la aplicación de la FPS, los encuestadores tardan largos períodos de tiempo en aplicarla. Por otra parte, no siempre se cumple con el día en que se irá a encuestar, o bien, las familias se comprometen a estar un determinado día y por diversos motivos ese día no se encuentran en el hogar. Proponemos la implementación de un sistema de confirmación telefónica con el encuestador, evitando las esperas y asegurando un día determinado de aplicación.
4. La emisión de los puntajes en algunas comunas llega a tardar 5 meses. Proponemos establecer un plazo máximo garantizado para comunicar a las familias el puntaje obtenido.
5. Las familias tienen escasa información de la FPS. Proponemos que existan talleres de capacitación (o bien un documento informativo) en los que se les explique a las familias los objetivos de la FPS, y los requisitos de postulación para cada política en específico.


(2) Con respecto al instrumento “FPS” y más específicamente, el componente
“Carencias Habitacionales”.

En la actualidad se aplica un componente anexo a la medición del Puntaje Global, llamado “Descuento de Puntaje por Carencias Habitacionales”, cuyo objetivo es complementar los requisitos mínimos de postulación a los Subsidios comprendidos en la Nueva Política Habitacional. Este componente, considera descuentos específicos de puntaje por:

•Condición de Allegamiento
•Condición de Hacinamiento
•Tenencia de Vivienda precaria
•Tenencia de Vivienda inhabitable
•Carencia de agua
•Carencia de sistema de eliminación de excretas
•Participación en el Programa Chile Solidario.

En este contexto, proponemos, la modificación de las variables que miden:

Condición de Allegamiento
En el actual sistema, el ser considerado allegado tiene asociado un descuento de mil puntos al puntaje global. Si consideramos que el tener una vivienda precaria (propio de campamentos) descuenta 7 mil puntos, vemos que las familias allegadas tienen fuertes incentivos para irse a un campamento y así disminuir su puntaje, haciéndose más probable su postulación a los subsidios habitacionales del FSVI. Creemos que sólo mediante un aumento en el descuento de la condición de allegamiento, este incentivo disminuiría, lo que permitiría mejorar la focalización de los subsidios habitacionales.

Condición de Hacinamiento
En la actual FPS, la condición de hacinamiento está determinada por la cantidad de habitantes de la vivienda, el número de piezas y sus usos. Consideramos que esta información es insuficiente. Las condiciones de hacinamiento en una vivienda determinan en gran parte la calidad de vida de sus habitantes, pues éste es un fenómeno que tiene fuertes repercusiones en las relaciones familiares, la violencia intrafamiliar y la situación de higiene y salud. Para una completa medición de hacinamiento creemos relevante preguntar el número de plazas o camas que existen en una vivienda y relacionarlo con el número de sus habitantes. Este es un mejor indicador de hacinamiento y, por cierto, de la calidad de vida. Otro indicador posible es el metraje cuadrado de la vivienda dividido por el número de sus habitantes.

Tenencia de vivienda precaria
Actualmente el criterio que califica a una vivienda como precaria excluye viviendas que creemos, debieran ser consideradas como tal. Hemos visto en terreno que la aplicación de estos criterios no siempre es unívoca. En algunas ocasiones, viviendas de campamento no han sido calificadas como precarias, por no ser consideras como “chozas”. Proponemos fortalecer la medición de ésta condición, mediante la inclusión de “mediaguas o mejoras” como indicadores de vivienda precaria.


(3) Con respecto a la información levantada.

Disponibilidad de los datos
La actual FPS constituye una fuente de datos importante para realizar análisis generales sobre la pobreza en nuestro país. Con respecto a los datos, sugerimos que éstos estén a disposición de las organizaciones dedicadas al estudio e intervención de la realidad social en Chile. Tanto para los distintos organismos del Estado, como para el trabajo de Centros de Estudios y ONGs dedicadas al trabajo con familias que viven en extrema pobreza, contar con la información que se genera a partir de la aplicación de la FPS puede significar un importante insumo para intervenir conociendo mejor la situación de vulnerabilidad de la población, por lo que proponemos que dicha información se ponga a disposición de los interesados.

Por último, es de interés de UTPCH colaborar en los pasos necesarios para la aplicación de éstas u otras indicaciones relacionadas. Es por esto que ponemos a disposición de la Comisión la experiencia acumulada como resultado del trabajo de años en campamentos y con familias allegadas, en temas como la realización del documento explicativo y la discusión de algunas preguntas del cuestionario.


Bibliografía consultada

MINVU (S/A) División de Política Habitacional. “Observaciones a la ficha de protección social”.
MIDEPLAN (2009) División Social, “La ficha de protección social”.
MIDEPLAN, Descripción y fundamentos de la Ficha de Protección Social
CIS (2006) Apuntes sobre la nueva Ficha de Protección Social.
CIS (2007) Catastro Nacional de Campamentos.
Sitio web del Ministerio de Planificación del Gobierno de Chile: www.mideplan.cl

lunes, 23 de agosto de 2010

Una nueva oportunidad para la formación

Las manos, los dedos de los pies, las piernas…simplemente todo estaba congelado. Los voluntarios con dificultad lograban articular sus opiniones en medio del frío reinante. Cualquiera no habría dudado en estar hace horas guarecido dentro de su saco de dormir, intentando conciliar el sueño al abrigo del gélido ambiente. Pero éste no era el caso. La “escuela” -como llamamos a los grupos de voluntarios que se hacen cargo de un proyecto de construcción- no tenía el menor interés por acostarse. Tampoco parecían tener frío, pues estaban inmersos en una acalorada discusión: cómo repartir mejor la torta en un país donde la desigualdad de oportunidades, de ingresos, de sueños, es la regla.

La urgencia de los trabajos que ejecutó Un Techo para Chile durante los primeros meses después del terremoto significó transar en varias cosas: entre ellas las actividades de formación. Simplemente no había tiempo para hacerlas; las mediaguas se terminaban de armar muchas veces en torno a la medianoche, y ya no había fuerzas para sentarse, reflexionar y discutir. Sin embargo, las más de doce horas de trabajo ininterrumpido eran una inyección formativa suficiente para esas circunstancias. En estos Trabajos de Invierno la situación era distinta, y las actividades de formación encontraron nuevamente su lugar.

Un alumno de un colegio inglés del sector oriente de Santiago, se preguntaba -realmente afligido- cómo hacerlo para ser testimonio, con su vida, de una sociedad que no reprodujese las lógicas de desigualdad que constantemente veía en su vida cotidiana, y de las cuales se sentía totalmente partícipe. Otra voluntaria se preguntaba cómo evitar los prejuicios que surgían en ambos extremos del espectro social y que llevaban a calificar -y a marginar- al otro de flaite o lais según su apellido, el color de su pelo o el modo de hablar. Otros chicos de un conservador colegio católico de Las Condes encontraban a Dios en medio de unos suculentos porotos con riendas, compartidos en torno a la mesa de una dirigente barrial en un sector semi rural de Parral. Revelaciones, cuestionamientos e inquietudes que sacudió con fuerza el terremoto y que hoy se instalan en las mentes de miles de jóvenes, muchos de los cuales -especialmente los secundarios- por primera vez tenían contacto con la realidad de los más excluidos de hoy.

Es por eso que con estas construcciones también se levantaron nuevos desafíos. Fueron los mismos voluntarios quienes lo hicieron ver. Pues la mayoría de los proyectos que se construyeron durante estos Trabajos de Invierno no consistían en mediaguas, sino que en sedes sociales, plazas de juegos, baños, paraderos, etc. Proyectos propuestos por las mismas comunidades, pero sin los “fuegos artificiales, luces ni centellas”; sin la potente carga simbólica que tiene el colaborar a construir el hogar de una familia.

¿Cómo hacer ver que la construcción de una plaza de juegos entraña un acto de justicia que dignifica tanto como la vivienda, especialmente para una familia que nunca ha tenido la posibilidad de contar con un espacio de esparcimiento cercano? ¿Cómo conseguir, en medio de la austeridad de la construcción de un paradero, que los jóvenes perciban que los más pobres son ciudadanos como ellos, y con derechos tan básicos y obvios como contar con un techo para aguardar guarecidos bajo la constante lluvia sureña el transporte a las escuelas de los alrededores? ¿Cómo conseguir esto en medio de una generación sobre todo receptiva a descargas emotivas fulgurantes, instantáneas y de impacto fácil?

La diversidad de jóvenes con las que se trabajó también configura nuevos desafíos. El período de reconstrucción fue propicio para que estudiantes provenientes de sectores socioeconómicos menos acomodados se hicieran voluntarios por primera vez en forma tan masiva de Un Techo para Chile. Los Trabajos de Invierno no rompieron esa tónica, y, por ejemplo, fue profundamente significativo que se diera un debate sobre la calidad de la educación en Chile con jóvenes provenientes de colegios particulares, subvencionados y municipalizados, todos ellos formando parte de una misma escuela.

A casi seis meses de ocurrido el terremoto éste sigue trayéndonos réplicas. Sin embargo, muchas de ellas son réplicas positivas, que arrojan nuevos cuestionamientos sobre lo que despertó esa madrugada del 27 de febrero; nuevas inquietudes que evidencian ese enorme vigor que vive en los actuales jóvenes; una fuerza que busca cauce, que anhela sentido y que nos desafía a poner todos nuestros medios para encontrar una respuesta que esté a la altura de esos impresionantes arranques de justicia y solidaridad que mueven a esta generación.

Cristóbal Emilfork, SJ.

lunes, 16 de agosto de 2010

2010: El primer país de América Latina termina con sus asentamientos

La meta “2010 sin campamentos” ya la querría cualquier país de nuestro continente. Y más allá del día exacto, de si queda un margen estructural, o si los proyectos de vivienda se terminan de construir en un par de años más, el solo hecho de poder dimensionar el número de familias que queda viviendo en asentamientos pone a Chile en una posición única y privilegiada frente al resto del continente.

Esa condición aventajada hace que el fin de los campamentos en Chile se convierta en un objetivo regional: es un hito simbólico que revitaliza el trabajo por superar la pobreza y la exclusión, y que al mismo tiempo da esperanza a los esfuerzos de miles de actores que día a día trabajan con ese mismo fin. El mejor ejemplo de esto será el 5° Encuentro Latinoamericano de UTPMP, momento en que los equipos de los 19 países donde estamos presentes vendrán a exigir con fuerza y decisión que Chile cumpla con su meta, convencidos de que en este país están todas las condiciones para lograrlo y que no hacerlo implicaría un golpe enorme para un continente que en materia de pobreza y desigualdad no está acostumbrado a los éxitos.

Pero tampoco podemos entender esta meta como un fin en sí mismo: Chile puede ir avanzado en su apuesta por proveer viviendas definitivas a las familias de campamentos, pero en el camino por terminar con la exclusión nos queda muchísimo trabajo por hacer. Hoy debemos ser más audaces que nunca para identificar las actividades que nos permitan continuar realizando lo que tal vez ha sido, hasta ahora, el aporte más importante de nuestra institución al cambio radical en el reconocimiento de la dignidad de todas las personas en nuestro país y nuestro continente: la vinculación de quienes más oportunidades hemos tenido en la vida, los jóvenes universitarios, con quienes han sido históricamente excluidos del progreso y el desarrollo, las familias de campamentos. Hoy no tenemos las mediaguas que nos permitían provocar este vínculo en forma masiva y concreta. Y eso nos obliga a recordar y hacer más visibles que nunca los fundamentos de nuestra institución, que se han ido forjando con la experiencia adquirida gracias a nuestro trabajo. Los mismos fundamentos que inspiran el trabajo del Techo en el resto del continente, aún cuando en la práctica estamos desarrollando intervenciones distintas.

La misma audacia se necesita para ser pioneros en la integración de Chile como un actor protagónico en el camino de América Latina hacia el desarrollo. A las generaciones que hoy dirigen el país les ha costado entender esta relación con el resto del continente como una condición necesaria de nuestro propio camino hacia el fin de la desigualdad y la exclusión. El Techo es hoy una institución latinoamericana, de eso no hay dudas, que requiere señales importantes del país fundador, confirmando decididamente que el fin de la extrema pobreza en América Latina sí es posible.

Claudio Castro S.