lunes, 7 de mayo de 2007

Nuestro trabajo es nuestra protesta…Y nuestra protesta es nuestra propuesta

A muchos no les hizo sentido la frase comunicacional que apareció en la campaña en las universidades de fines de marzo. Otros no la entendieron. Varios la malinterpretaron. Algunas de las críticas que se escucharon fueron las siguientes:
1. El trabajo de UTPCH nada tiene que ver con la protesta (al menos con el sentido en que usualmente se ocupa y se ejecuta ese concepto).
2. Los voluntarios que son convocados por UTPCH no se sienten interpelados por el verbo protestar.
3. UTPCH no es una institución que diseña políticas públicas. Eso hay que dejárselo al gobierno, universidades o agencias autónomas. UTPCH es una institución cuyo eje central es acompañar a las personas más pobres del país en el ejercicio de sus derechos a programas sociales.
En consecuencia, a muchos no les hizo sentido la palabra protesta ni la palabra propuesta de la frase que titula esta columna. Lo único que quedó en pie, para ellos, fue la palabra trabajo.
Las críticas dejan en evidencia el hecho de que la frase utilizada no fue una frase de consenso que hizo sentido a todos los que la vieron y ya trabajan o les interesa trabajar en UTPCH. Pero ese no es necesariamente el objetivo central de una frase comunicacional. De hecho, me gustaría proponer una lectura de la frase según la cual ésta constituye fiel reflejo de la invitación concreta que UTPCH hace a voluntarios y que, por lo mismo, refleja la propuesta general de esta institución.
1. Nuestro trabajo: La esencia de UTPCH está en el trabajo voluntario codo a codo con las personas en mayor estado de marginalidad en el país. Ésta fue la característica distintiva que hizo surgir la institución. La construcción de una mediagua refleja precisamente eso: abrir una esperanza a través del trabajo sencillo y horizontal entre pobladores y universitarios. Y esta característica intentamos imprimirla también en nuestro modelo de habilitación social. La mesa de trabajo, nuestra unidad de trabajo primaria, constituye una instancia formal en que pobladores y voluntarios juntos trabajan sistemáticamente en la toma de decisiones de la comunidad.
2. Nuestra protesta: El hecho de trabajar con las personas en situación de campamento (que en Chile es, en la mayoría de los casos, igual a extrema pobreza), y conocer directamente la profunda desesperanza en que viven miles de familias, lleva inevitablemente a que nuestras actividades de trabajo sean en si mismas actos de protesta. Conocer de cerca la realidad de familias que viven en campamentos constituye una motivación a que, desde el trabajo, levantemos la voz junto a los pobladores de campamentos. Nuestro trabajo es nuestra protesta porque el trabajo mismo junto a los más pobres del país envía una señal de urgencia hacia una transformación social. Y esto motiva los actos concretos de denuncia de la institución, cuestión en la que todavía falta mucho por hacer.
3. Nuestra propuesta: Los actos de protesta en que se convierte el trabajo concreto con las familias de campamentos constituyen, a su vez, nuestra forma de proponer una sociedad distinta. El modelo de trabajo voluntario de UTPCH, que consiste en acompañar a las familias para que se conviertan ellas mismas en protagonistas de su desarrollo futuro, supone un giro radical en cómo se conciben las políticas públicas hoy en día. No es que UTPCH haya creado una metodología nueva de trabajo social, pero sin duda nuestra propuesta de trabajo no es lo que uno ve normalmente en como se ejecutan las tan alabadas public policies.
Desde esta lectura, pienso que la frase que utilizamos en marzo refleja fielmente la propuesta de UTPCH. No necesariamente lo que actualmente hacemos en todas las comunidades donde trabajamos, pero sí la política a la cual aspiramos.



Por Diego Gil Mc Cawley
Lunes 7 de mayo de 2007

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