lunes, 26 de marzo de 2007

Una comunidad sin anillo

Hace más o menos un mes que no me reunía con mis amigos. Somos una especie de comunidad. Una comunidad sin anillo, pero que sueña país y con la que se está dispuesto a realizar todos los sueños. Hace siete años que nos reunimos por lo menos una vez por semana. Se ha vuelto una necesidad, que creo, perdurará muchísimo tiempo más.
Los amigos son parte de nuestra familia, la que es nuestra comunidad más preciada, y siempre es necesario decirles cuán importante son. Yo trato de hacerlo siempre, y ya perdí la vergüenza de reconocerlo más a menudo. Son parte de la vida, de los valores, de los sueños, del trabajo y de los deseos por contribuir por una sociedad más justa, siendo esto último, la médula central de esta relación.
Cuando los amigos comparten los sueños de una sociedad más justa, todo resulta más cómodo, porque se hace más fácil el camino, y el horizonte se ve más despejado. Con nuestros amigos tenemos la valentía de hacer lo imposible, deseamos superar las diferencias sociales, obrar con justicia, y lograr una sociedad mayoritariamente equitativa. Es por ello, que cada cierto tiempo, hay que reconocer su amistad, abrazarlos y quererlos, incluso, llorar si es necesario por los sueños que no son fáciles de realizar. Siempre con amigos, el caminar se vuelve menos agotador.
Siempre he creído que la amistad es un “enamoramiento”, y que como tal, aumenta con el tiempo y adquiere más compromiso. Por medio de los amigos se ejerce una generosidad inconmensurable, que se traduce en felicidad, en compañía, en creencia y en la certeza absoluta de estar dispuestos a caminar con ellos.
Cuando cada uno de ellos obtiene un logro tanto personal como profesional, la dicha crece y emociona saber que se está dispuesto a embarcarse en todo proyecto de vida con ellos. Y esto no sólo se traduce en el trabajo cotidiano, sino en la compañía y en los buenos deseos que a cada uno de ellos se le otorga.
Este presente año, varios amigos están emprendiendo la construcción de un nuevo camino, de desafíos que harán que crezcamos juntos y que nos acompañemos desde donde nos encontremos. Algunos hemos estado unidos desde la infancia y la universidad permitió que nos reuniéramos con otros, y claramente, la caminata se ha hecho menos agotadora.
Muchos seguiremos trabajando juntos, otros se alejarán, pero volverán, seremos “tíos”, nuevos amigos se integrarán, y alcanzaremos las metas personales que nos hemos trazado, pero por sobretodo, la compañía se mantendrá a lo largo del tiempo, y nos reuniremos cada cierto trecho para rememorar todo lo que nos enorgullece por cada uno de nosotros.
Lo importante de todo ello, es que aún, en los diferentes caminos que estemos tomando, debemos reparar siempre que ellos son parte de nuestra familia, y que les debemos muchas gratitudes por lo que hoy somos. Tengo la certeza absoluta que la entrega incondicional de los amigos es una de las virtudes más maravillosas que tenemos, y como tal, nos hace mejores personas. Creo que con los amigos, el trabajo arduo por los ideales y los sueños, se hace más fácil.
La comunidad de los amigos puede que no posea anillos ni pócimas mágicas, no obstante, es valiente y preciada, que hace preciso detenerse y cuidarla. Puede que en algún momento del día estemos cansados, pero la verdad de las cosas, es que si estamos acompañados por nuestros amigos, la jornada se vuelve muy valiosa. Así, cuando nos preparamos para un nuevo día, volveremos a soñar, pero con la seguridad de que nuestros amigos nos ayudarán a hacer cualquier sueño realidad.


Por Daniela González
Lunes 26 de marzo 2007

2 comentarios:

tmfg. dijo...

en primer lugar les quiero dar las gracias por enviarme peridiocamente sus articulos, asi enriquezco mi espiritu y me es más facíl el trabajar en un servicio público donde lamentablemnte su prioridad no es el más desprotegido si no el voto politico.
me es grato saber que aun hay jovenes que creen en un chile mejor, en donde lamentablemente la peor probraza que tiene nuestro país en la pobreza cultural.

Partituras Inconclusas dijo...

Hola: Mi nombre es Renato Herrera. Soy estudiante de Periodismo de quinto año de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y quiero felicitarlos por cada una de las iniciativas que generan. La verdad es que me animé a enviarles un comentario, básicamente porque un docente de la misma universidad pero de otra carrera (sociología) me dio este dato. La cuestión es que como comprenderan en unos meses más debo comenzar con mi Tesis, razón por la cual me gustaría saber si existe la posibilidad de que me envien información sobre la forma de trabajar con la cooperación de ustedes. Creo que mi tema se relaciona mucho con su trabajo. La idea es hacer una suerte de reportaje que muestre sobre las iniciativas de la "Casa de la Mujer de Huamachuco", de la población huamachuco en la comuna de Renca. A ellas las conocí por un trabajo en el que participé el la ONG LA MORADA, en una experiencia llamada "Biografias Territoriales". Conozco gente que pretende trabajar en tématicas sociales, así que si ustedes me ayudan con la información necesaria, podemos generar una cadena que beneficie simplemente a ese grupo de persona que tanto lo necesitan. Esperando su buena acogida, se despide Renato Herrera Lagos.

mi correo electrónico es: renatoherrera@hotmail.com