lunes, 29 de marzo de 2010

Daniel García responde a la siguiente pregunta ¿Cuál es el rol que debe tener UTPCH en la reconstrucción del país?:

Emergencia: De La Mediagua a la Vivienda Definitiva

Desde el inicio del trabajo de Un Techo para Chile en los campamentos en 1997, la mediagua ha sido objeto de críticas, principalmente por tratarse de una solución provisoria que –por si sola- no resuelve el problema de los campamentos, incluso para algunos lo consolida. Además, dado lo simple, económica e informal de la mediagua, fue posible construir más de 30.000 en los últimos 12 años sólo con voluntarios y con las familias que las recibían sin mayor coordinación con el aparato público y quizás esa es la verdadera fuente de las críticas, nunca se construyeron para ganar votos.

Sin embargo, el trabajo en los campamentos de todos estos años, incorporando además desde 2005 la Vivienda Definitiva, no hace más que demostrarnos que las críticas sólo pueden venir desde la ignorancia y desde la obstinación de querer entender la vivienda como un producto y no como un proceso. Proceso que nace de algo tan simple como una mediagua.
En primer lugar debemos entender que en los campamentos se vive una emergencia permanente, sea social, sanitaria, de techo o de hacinamiento si se quiere, pero por sobre todo de marginación e indiferencia que nos obliga a llegar con una solución rápida que resuelva lo más urgente y al mismo tiempo los volviera visibles. Solo así se podía empezar, sólo así podríamos tener familias que de la deseperanza y la informalidad se convencieran que eran capaces de levantar sus propios proyectos, incluso los más complejos, como hemos sido testigos estos últimos años.

Así entramos al 2010 con consensos que al principio nos parecían imposibles:
- La Mediagua sólo se entiende si es el primer paso de un proceso que termina con la Vivienda Definitiva, y al mismo tiempo, la Vivienda Definitiva no es el objetivo final de este proceso sino los barrios y las comunidades que las habitan.
- La Mediagua sí fue el inicio del término de los campamentos en nuestro país y basta escuchar a cualquier dirigente de campamento para comprobarlo.
- Los proyectos de Vivienda Definitiva Sustentables los levantan familias organizadas, empoderadas y con poder de decisión sobre éstos. No nacen de profesionales ni arquitectos brillantes, siempre de las familias.

Hoy el terremoto no puede borrar todo el camino recorrido, no hay tiempo para empezar todo de nuevo. No son relevantes las Especificaciones Técnicas de la Mediagua ni su nombre, nunca lo han sido si la entendemos como respuesta inmediata a la emergencia –que hoy es mucho mayor- y como primer paso para un proceso participativo hacia Barrios Definitivos y Sustentables, así la reconstrucción será una oportunidad y no una carga para las localidades afectadas.

Lamentablemente hoy basta leer el diario para ver que la discusión está centrada en el producto, la eficacia, el precio y quién será el zar de esta reconstrucción. La oportunidad está siendo capitalizada por quienes “saben lo que la gente necesita” y quieren construirlo rápido, sin olvidar nunca de poner su firma en un lugar visible (nos incluye), mientras tanto las familias esperan y confían lo que “les va a tocar” y en que les “va a salir casa”. Personalmente no he escuchado, en todo este mes, la opinión de las familias afectadas, la forma en que se van a organizar para enfrentar la reconstrucción ni sus expectativas y pienso que cumplirlas es el verdadero objetivo de lo que hoy emprendemos como país.

En este escenario, tenemos un rol bastante más relevante que la construcción, la función de Egis u otra. Hoy nuestra tarea es devolver el protagonismo a las familias, aprovechar la Mediagua para generar la confianza indispensable para iniciar el proceso de reconstrucción, posicionar la participación y la organización ciudadana como constantes transversales e intransables en el proceso y sumar a los mejores y las mejores soluciones (Todas), eso nunca a estado en duda, pero nunca debió estar al centro aunque se vea tan bien.

Nuestra historia se hizo construyendo confianza con las familias de campamentos, a partir de esto y por cansancio logramos la de las autoridades y por consecuencia la del país que hoy nos entrega $15.000.000.000 para encabezar la construcción de emergencia. Quizás el único error que debamos reconocer es que hoy partimos al revés, pero tenemos como capital toda la experiencia anterior para empezar nuevamente este proceso, para modelarlo a la necesidad (hoy los tiempos deben ser más cortos y asumir condiciones de partida distinta a las de las familias de campamentos) y convencer con hechos concretos y no solo con declaraciones, desarrollar política pública en base a proyectos, no teoría. No podemos estar hablando de modelos de Vivienda si no hemos marcado el inicio del proceso con las Mediaguas, que hoy urgen, ni tenemos contraparte en un Mesa de Trabajo, partamos por ahí.

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