martes, 1 de diciembre de 2009

Adaptación al Cambio Climático: ¿Cómo se adaptan los pobres?

Junto al aumento de investigaciones e informes que hablan de los efectos negativos del cambio climático, aumenta la conciencia sobre la necesidad de tomar medidas de mitigación y adaptación.

En esta línea, desde el próximo 7 al 18 de diciembre en Copenhague, los líderes mundiales de los países industrializados y en vías de desarrollo, se reunirán para debatir acerca de los compromisos que asumirán para reducir los gases de efecto invernadero a partir del año 2012, cuando finalice el Protocolo de Kyoto. Estarán representados los países más contaminantes del planeta; los países en vías de desarrollo como Chile, que, hasta ahora, no están obligados a asumir ningún compromiso de reducción de emisiones; estarán los representantes de Brasil, China e India, que presionarán para que no se impongan medidas que hipotequen su desarrollo, como no se hipotecó el desarrollo de los países que alcanzaron este estatus a costa de un daño irreversible al medio ambiente. Y también estarán representados los grupos de interés, por lobbystas que harán lo imposible por, al menos, no ampliar los compromisos.

La importancia de este nuevo protocolo de acuerdo, es que lo que hagamos hoy, determinará lo que suceda en 40 años más, cuando se prevé que los efectos del calentamiento global se agraven, especialmente en los países pobres.

Porque hoy, los habitantes de un país desarrollado pueden adaptarse fácilmente a temperaturas poco habituales, con sólo subir o bajar el termostato de sus equipos de refrigeración o calefacción. Los países desarrollados, pueden invertir grandes sumas de dinero en infraestructura que impida o aminore los efectos de las inundaciones. Pero son los países pobres, los que menos contaminan y los que más sufren los efectos del cambio climático y los que menos posibilidades tienen de adaptarse. Son las 2.600 millones de personas que viven con menos de 2 dólares diarios, las más afectadas por lo que sucede y por lo que sucederá.

¿Cómo, un pequeño agricultor del África subsahariana puede adaptarse al aumento de los períodos de sequía que merman su producción?, ¿Cómo, las familias que viven en viviendas precarias, pueden adaptarse al aumento e intensidad de las lluvias? Son los pobres, desprotegidos y vulnerables, los que sufren lo que no crearon. A modo de ejemplo, EE.UU. contamina 6 veces más que todos los países del África subsahariana.

El PNUD, Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo, habla de 4 factores que convierten el riesgo en vulnerabilidad: la pobreza y el bajo desarrollo, las diferencias en el desarrollo humano, la falta de infraestructura de defensa contra el clima y el acceso de seguros por parte de la población. Claramente los riesgos del calentamiento global no impactan de igual forma en todo el planeta. Hay países que por su localización, sufrirán más fuertemente el clima extremo, y esos países son justamente los más pobres. Son países que por su condición, tienen menos recursos para afrontar la situación, lo que agrava el problema.

Pensemos en la agricultura, principal fuente de ingreso para la gran mayoría de los pobres del mundo y, a su vez, la actividad más sensible al cambio climático. “Las regiones más pobres y con los niveles más elevados de hambre crónica estarán entre los más afectados por el cambio climático”, concluyó la FAO en un reciente estudio. Hoy, el hambre afecta a 1.020 millones de personas en todo el mundo, según datos de La Organización de las Naciones Unidas y a 53 millones en América Latina y el Caribe, de los cuales 15 millones son niños. Si esta es la situación ahora, ya nos podemos imaginar lo que será en 2050. Si hoy los países entran en guerra por controlar la hegemonía o por disputas religiosas, si hoy las naciones viven conflictos internos por las diferencias sociales, mañana las guerras y los conflictos serán por el agua y los alimentos.

Desmund Tutu, Arzobispo emérito de Ciudad del Cabo, se refirió a la adaptación de los pobres al cambio climático, como un eufemismo de injusticia social. Claramente, los pobres no pueden adaptarse por sí solos a los cambios que esta experimentando el clima en todo el mundo. Los países pobres requieren de la voluntad de los países desarrollados para implantar programas de mitigación y adaptación. Es necesario pensar en políticas públicas para la adaptación de los pobres al cambio climático, como única forma de asegurar condiciones mínimas para su desarrollo.

Pablo Gamarra

Región de Iquique, Chile

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