lunes, 31 de agosto de 2009

"Por todos los jóvenes que trabajan por la justicia, en memoria de aquel que perdió la vida en el intento"

Hoy se cumplen dos años de la muerte de Mario Moreno que el cariño de los suyos lo rebautizó como la “Piña”. Me imagino que para todos los jóvenes del Techo éste debe ser un día especial aunque muchos no lo hayan conocido. Él representa al joven del Techo que pudiendo quedarse en la cómoda burbuja que lo protege sin embargo no está dispuesto a vivir en un país dentro de otro país. Y que al romper los límites seguros que rodean a cualquier universitario en nuestros países estarán expuesto a los mismos peligros que nuestro pueblo a diario se expone.


Especialmente quisiera dirigirme a los jóvenes salvadoreños de Un Techo Para Mi País. Para ustedes en especial debe ser un día cargado de recuerdos cariñosos y tristes. Vivencias que aún dan vueltas en sus mentes y corazones. Estoy seguro que algunos acompañarán a la familia de la Piña y alguna flor pondrán en la foto que en la oficina constantemente lo recuerda.


Pero a pesar del dolor quisiera pedirles que no conviertan a la Piña en una especie de “pieza de museo”, es decir a alguien que se le recuerda hacia atrás en el tiempo. El recuerdo de la Piña no es para que nos metamos para adentro, nos centremos en nosotros mismos y terminemos mendigando consuelo.


Su recuerdo no es hacia atrás ni es paralizante. Su recuerdo está vivo en nosotros, circula en nuestra sangre, en cada niño que espera una respuesta de nosotros, en cada familia sin techo y en cada excluido y postergado de nuestros países.


La sangre de la piña debe regar la generosidad que hay en nosotros, el deseo de darse. Las balas que mataron a la Piña no pueden matar sus sueños y nuestros sueños, por el contrario quienes vienen detrás deben recoger el legado que la Piña nos dejó como el soldado recoge el fusil del compañero caído para seguir peleando por él.


Salvadoreños del Techo los invito en memoria de la piña a seguir trabajando aún más duro que antes, a ir a los lugares más pobres y difíciles, y a luchar contra toda exclusión que genera sociedades segregadas y éstas la violencia que mató a la Piña y que sigue matando a muchos pobres anónimamente. No nos dejemos amedrentar, la Piña no se merece eso, su recuerdo debe transformarse en vida, vida que lucha y que se arriesga para que otros también vivan.


En mis primeros trabajos voluntarios se me murió un amigo, me imagino que muchos de ustedes deben estar viviendo lo que yo viví entonces. Por eso quisiera compartir con ustedes la poesía que escribimos en la pared donde murió mi amigo y que desde que supe de la muerte de la Piña la he masticado en mi interior como un homenaje para él.


Si no vienes a dar el tiempo,

el corazón,

la vida,

No desesperes por entrar,

porque en tú entrada comienza tú salida.

Si vienes a buscar el privilegio, la ocasión mullida,

No desesperes por estar,

donde la flor más bella es una herida.

Este lugar sólo es propicio,

para el amor y el sacrificio,

aquí tienes que ser:

El último en tener,

El último en comer,

El último en dormir,

Y …el primero en morir.


Un cariñoso abrazo a todos en especial a sus padres, hermanos y amigos de Mario Moreno,


P. Felipe Berrios S.J

Santiago, Chile


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