lunes, 1 de junio de 2009

La PSU: mecanismo de exclusión

“De los cerca de 200.000 alumnos que egresan de cuarto medio todos los años, hay 25.000 que no rinden la PSU (en su mayoría provenientes de colegios técnico profesionales). Del restante, un número importante (73.500) obtiene un puntaje que no le alcanza para postular a becas o créditos (475 puntos). Es así como el 2008 por ejemplo, la mitad del total de alumnos que egresaron de cuarto medio no tuvieron posibilidad de acceder al sistema universitario tradicional, en otras palabras, de 2 alumnos que egresan de cuarto medio, uno no tiene ninguna posibilidad de entrar a la universidad” (Fuente: http://www.ideaseneducacion.cl/).
Si bien estos datos no nos permiten afirmar categóricamente que en la educación superior el acceso es desigual para los distintos estratos de la sociedad, nos permiten patentar que, a priori, las oportunidades de acceso a estudios terciarios están definidas por un simple ejercicio de probabilidad. Si nos basamos en las probabilidades, ¿qué sería lo más factible? Claramente, lo más factible es que ese alumno que no tiene posibilidad de entrar, esté ubicado en los quintiles más pobres de la población. Es así como el acceso a la educación superior es uno más de los múltiples nichos de desigualdad que existen en el país.
En esta línea, la PSU se muestra como un sistema de admisión que más que resolver las inequidades del antiguo sistema (PAA), refuerza las brechas existentes. Un dato más: desde su implementación, en la Universidad Católica, los alumnos provenientes de colegios municipales han disminuido de un 17% a un 11%. En la Universidad de Chile, la baja ha sido de un 32% a un 20% (Fuente: PIIE). Algunos de los cuellos de botella en esta línea han sido que la PSU aborda el 100% de los contenidos mínimos de la enseñanza secundaria y que se premia a los mejores puntajes con asignaciones estatales (AFI), canalizando en la PSU exclusivamente los resultados de los conocimientos, dejando de lado las habilidades que tienen los estudiantes y los méritos obtenidos en la educación media.
¿Cuál es el resultado de todo esto? Menor número de alumnos provenientes de colegios municipales ingresando al sistema de educación superior, menores posibilidad de estos alumnos de optar a becas o créditos y poca capacidad del sistema de hacerse cargo de estas desigualdades.
Un cambio en el sistema de acceso no sólo resulta importante, sino que urgente, ya que no es aceptable que la implementación de un nuevo sistema aumente las brechas de desigualdad entre la población joven del país. Tampoco es aceptable que a pesar de toda la evidencia, no exista transparencia en cómo se está llevando a cabo la evaluación de la PSU (a cargo de un comité internacional). Pero lo más inaceptable de todo es que nos quedemos indiferentes frente a la probabilidad de que de cada 2 alumnos, uno no puede ingresar a la universidad. Esperemos que las probabilidades dejen de ser hoy lo que establezca quién entra y quién no a la educación superior.


Javiera Pizarro

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